Ante la confusión que se crea por mi empleo constante de la mención a los "tres orificios corporales" a los que culpabilizo de todos nuestros males, me veo obligado a crear esta "catequesis" con la que pretendo aclarar lo que digo, cada orificio es de un color diferente para que se vea su correspondencia:
Estos son: La boca, el ano y los genitales.
Como humanos somos carne, también somos un cuerpo espiritual al que debemos cultivar y tener siempre aseado, y todo depende de cómo actuemos en el carnal.
VIVIR SEGÚN LA CARNE y VIVIR SEGÚN EL ESPÍRITU
“En efecto, los que viven según la carne desean lo que es carnal; en cambio, los que viven según el espíritu, desean lo que es espiritual.”
Esta es la clave de todo, los humanos (carne) viven según la carne, pero si somos humanos espirituales (aunque tengamos un cuerpo de carne) viviremos según el espíritu y sólo desearemos lo espiritual. Hay que evolucionar hacia el espíritu.
La sociedad en su conjunto estamos sufriendo una conturbación importante, nada nuevo hasta ahora pues el humano está siempre insatisfecho, y busca constantemente la raíz de donde se desconectó: El universo, el cosmos, Dios…
Muchos de nosotros tenemos la certeza de que el sistema de vida imperante no solo no es conveniente, es incluso pernicioso.
Todos tenemos en común el rechazo por pernicioso para el ser humano y la naturaleza como hasta ahora lo ha practicado: el consumismo inmoderado, el materialismo deshumanizado y la falta de empatía, de compasión y amor por el prójimo.
Solo queda subir un escalón en el proceso evolutivo hacia el hombre espiritual.
Los pecados capitales en el catolicismo son aquellos que se consideran los más graves y que pueden llevar a la muerte del alma. Estos pecados también se denominan mortales debido a su gravedad. A continuación, te presento los siete pecados capitales:
Soberbia: Es el deseo de superioridad y de alto honor y gloria. La virtud que ayuda a vencerla es la humildad, que consiste en reconocer que de nosotros mismos solo tenemos la nada y el pecado.
Avaricia: Se refiere al deseo de acaparar bienes. La generosidad es la virtud que nos ayuda a superarla, permitiéndonos dar con gusto de lo que tenemos a quienes lo necesitan.
Lujuria: Es el desorden del apetito sexual. La castidad es la virtud que nos ayuda a controlar ese apetito.
Ira: Se manifiesta como una reacción colérica ante un daño, dificultad o contrariedad. La paciencia es la virtud que nos permite soportar con paz y serenidad las adversidades.
Gula: Es el deseo y consumo desordenado de comida y bebida. La templanza nos ayuda a moderar nuestros hábitos alimenticios.
Envidia: Surge del deseo o resentimiento hacia las cualidades, bienes o logros de otros. La caridad nos impulsa a procurar el bien del prójimo.
Pereza: Se manifiesta como desgano ante las obligaciones o los bienes espirituales. La diligencia es la virtud que nos ayuda a cumplir nuestras responsabilidades con cuidado y responsabilidad.
Recuerda que estos pecados capitales pueden ser superados mediante la práctica de las virtudes correspondientes. 🙏
Comentarios
Publicar un comentario