Definiendo a Twitter como un ágora anarquista en su comportamiento social, donde muchas almas compartimos pensamientos, pasiones e intereses comunes…
La figura corporativa es un pajarito y me voy a ceñir a esa imagen de un ave que creo acertada.
Twitter es un árbol que está plantado en el mundo donde existen otros árboles y otros refugios, pero por alguna razón muchas aves hemos optado por él para encamarnos entre sus grandes ramas, este árbol pertenece a alguien que lo ha comprado, que puede en un momento dado cortarlo, las aves buscarían refugio en otros ramajes (no tan buenos, o a lo mejor incluso mejores, eso no se sabe), pero voy a empezar a definir a Twitter por los tuiteros porque Twitter sin los pajaritos no es nada más que un árbol.
Definiendo a los pajaritos:
Somos toda clase de aves, por observación, distingues el trino bello y armonioso del ruiseñor, a la calandria, esa ave que aprende trinos ajenos, el búho, sabio aunque solo habla emitiendo un pobre sonido, pero es sabio dicen y magnifico, está el simple mochuelo, el grajo negro con un graznido desagradable y mil aves más.
A todos los pajaritos nos une un afán común, (independientemente de nuestro trino) que es la procreación, (la procreación en este caso de nuestras ideas), puesto que es un espacio virtual; de vez en cuando el árbol tuitero se ve afectado por eventos externos al árbol: movimientos de masas, tormentas, guerras, y el árbol tuitero se alborota, empiezan todos a trinar, graznar y aullar todos al mismo tiempo, resultando un pandemonio.
Algunos tuiteros pretenden que sólo sea un árbol exclusivo para pajaritos rojos, pajaritos azules y pajaritos negros, pero eso es imposible; también hay algunos vecinos de Twitter que les molestan los trinos diferentes y pretenden también excluir a algunos y (como esos vecinas /vecinos limpios cuelgan en sus terrazas discos de CD para que con el baile y el brillo se asusten las palomas y no vayan a posarse en su baranda y les defequen las mismas) pues también tratan de asustar o perturbar la paz twittera en el árbol.
También han probado a etiquetarnos (están constantemente intentando ponernos una anilla en las patitas para clasificarnos, contadnos y controlarnos).
¡Qué afán… qué afán de controlarlo todo… que gentuza!
Una cosa está clara, el mundo sin aves, sin árboles en el que posarse es un mundo muerto.
Un mundo de cemento y de cristal, sin árboles y sin pajaritos es un mundo que no merece vivirse, es un mundo muerto que no tiene vida.
De hecho a los gorriones se les conoce como los sanitarios de las ciudades porque donde no hay gorriones es que el ambiente es muy hostil.
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