El proyecto todo poderoso de la agenda 2030 tiene muchos puntos débiles, que por prisas no están solucionando y que están dejando atrás.
Pretenden controlar globalmente y no son capaces de controlar sus barrios en ciudades señeras como Londres o París, donde las llamadas “zonas go home” quedan en un limbo, donde sus normas LGTBI y demás cosas que son su bandera, están prohibidas; mientras se encrespan porque naciones soberanas de la UE como Hungría o Polonia se niegan a que en sus escuelas se adoctrinen con esa ideología, llegando a amenazar a esos países soberanos con dejarlos fuera de los fondos europeos.
Dicha agenda arremete de manera clara contra las familias tradicionales, (núcleo que es la argamasa de la sociedad tradicional) en las sociedades abiertas, e imponen las coercitivas leyes de género en esas sociedades abiertas, por contra en las sociedades cerradas llamadas “go home”, donde son precisamente el núcleo familiar lo que los une junto con el sentimiento espiritual que se demoniza en las abiertas, y brillan por su ausencia las coercitivas leyes de género, mientras esas sociedades están sometidas a las leyes ancestrales de esas comunidades, que están en la antítesis de las leyes del resto.
En España tenemos los clanes de etnia gitana que también es su vínculo familiar el de primer orden, y que confrontan con dicha agenda.
En las sociedad “abierta” han llegado a pedir dejar de celebrar el día del padre argumentando que existen minorías en las que no existe esa figura.
¿Cuándo y cómo se van a enfrentar a esas diferencias?
¿Se les van a tener en cuenta en el “nuevo orden”?
También me caben dudas de que hayan entrado en los sistemas “salvíficos” de la “vacunación”, pues no me consta.
Otro aspecto es el de la guerra, un conflicto que ha supuesto un serio tropiezo en el plan, junto con el aspecto Chino que ha iniciado “una huelga” disfrazada de pandemia bis, que está colapsando la industria de occidente.
Todos estos factores juntos, forman un paradigma en el que la UE que por una parte depende energéticamente de Rusia, y que sus fábricas precisan los componentes que ya no fabrica aquí por avaricia empresarial, vaya a ser la que implosione primero por motivos económicos-sociales.
¿En qué habrá quedado todo el invento “agendístico”?
Mientras, el tiempo pasa, y si los “conspiracionistas anti pinchazo tóxico” llevan razón, y los efectos adversos derivados del susodicho pinchazo comienzan a aparecer, el drama está servido.
Pienso que vamos a vivir “tiempos muy interesantes” (recordar que en algunas culturas, ésta frase es una maldición).
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