Estas son las armas que emplearon desde el principio contra el pueblo.
Esparcieron el miedo con los colaboradores necesarios en la sanidad y los medios de difusión masiva.
Engañaron en los objetivos con la colaboración de los anteriores citados.
Y coaccionan con muchos más colaboradores, a los que se han sumado los aconejados del resto de la población.
El resultado ya está saltando a la vista hasta del más ciego de la sociedad: con un enorme porcentaje de población inoculada con algo que le ha destruido el sistema inmunitario además de otras funciones por descubrir, ha creado el PARADIGMA de una sociedad que es de frágil cristal.
Sólo falta que liberen un virus letal para que una inmensa población perezca por él.
Uno de los objetivos poblacionales se habrá cumplido.
En un corto periodo de tiempo, la siembra de ese virus letal, que al cumplir su misión de infestar, tendremos una enorme masa de enfermos moribundos que precisarán atención AL MISMO tiempo, y todo esto coincidiendo con el personal sanitario inmunodeprimido, el sistema colapsará, produciéndose una situación de enorme catástrofe.
¿Quiénes podrán escapar a esta situación?
Los primeros en caer serán los inoculados que tengan el sistema destruido, más tarde cualquiera.
Me temo que esta reflexión no la puedo calificar de distopía, que es más una posibilidad cierta.
Mi amigo Ávalon, tuitea con la ferocidad de un guerrero y escribe mil ideas, todas ellas en unos finitos y temporales tuits, pero según me ha confesado, sabe que son muy temporales y que se perderán en la nube y en el tiempo, que no perdurarán en la historia, salvo quizás en la memoria de alguno, que nunca llegarán a más como los pergaminos antiguos o las tablillas cuneiformes de los antiguos…
Pero no se desalienta por ello, dice que llegarán a quien tiene que llegar, que sus tuit son lamentos y oraciones para que su espíritu los traduzca a un idioma inefable y de ese modo llegue a quien tiene que llegar, al Santo y Todopoderoso, me recuerda cómo el pueblo judío clamó y sus gritos llegaron al Altísimo.
Hoy él dispone del Paráclito(que está siempre entre nosotros), con el que su espíritu se comunica…
De este modo él suplica porque se ejerza justicia y al mismo tiempo mi amigo Ávalon, acusa con sus tuits que no son oración, a los malvados y perversos que implantan los planes del príncipe de la mentira.
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