Futuro distópico. Vamos hacia una tiranía global.

Hoy invito a mi amigo Ávalon al que quiero exprimir en su vertiente de futurólogo distópico.

Estimadísimo amigo Ávalon, quisiera que hagas un esfuerzo y me pronostiques cómo será nuestro futuro, ya se que tu opinión es que corremos hacia una tiranía global.

¿Cómo será la vida futura en ese futuro distópico?

La CEOE vivirá feliz porque ya no poseerá nada.
Sus miembros ya no tendrán sentido como colectivo empresarial (puesto que no existirá la empresa), el cometido que ahora aportan las empresas serán sustituidos por los organismos pertinentes que ordene la autoridad competente.

El carnet de buen ciudadano será el incentivo que sustituirá al dinero y a la propiedad como motor de la sociedad.
El sistema de créditos personal e intransferible, mide tu compromiso con la sociedad y sus valores, si tienes mucho saldo podrás hacer cosas que a otros le están vetadas (como el antiguo dinero, que con su poder adquisitivo te creías alguien superior).

La disidencia será irrelevante para la sociedad.
Como no hay un sitio para refugiarse, el índice de disidentes (aunque sea numeroso en espíritu) no se podrán comunicar con otros como ellos, por lo que no habrá proselitismo.

No habrá partidos políticos, ya no serán necesarias las votaciones electorales ni los parlamentos.
En una sociedad tutelada por el poder, no tienen ya sentido, al revés, la historia demostró que eran el origen de disputas y divisiones.

El poder, auxiliado por expertos son los que gobernarán.
Los expertos serán los que gestionan el día a día según las directrices de la cumbre.

La opinión de las personas serán consultadas a través de estudios demoscópicos.
La demoscopia ya habrá sustituido todo lo relativo a la opinión general.

El dinero dejará de existir, será sustituido por créditos personales e intransferibles.
Como ya se ha dicho anteriormente, el dinero no tiene ya sentido, y sí su desaparición (al mismo tiempo que las entidades bancarias) ya no habrá hipotecas ni traspasos ni ningún otra actividad común a la antigua banca.

Sólo habrá una religión universal.
Al igual que los partidos, las religiones se agruparán en una sola, siendo ésta la síntesis de todas las confesiones.
El resto de filosofías que tuvieron relevancia en el pasado, serán reprimidas con fuerza por ser incompatibles con el nuevo orden.


Todas las personas estarán obligadas a portar con ellos un dispositivo tecnológico interactivo, que monitorizará en todo momento el cuerpo del individuo, siendo posible que se avise de una anomalía biológica, como de provocarla.
Cuando llegue la hora de prescindir del individuo, a criterio del sistema, de manera compasiva ese día no despertará, y se pasarán por su domicilio los agentes sanitarios pertinentes para su traslado y su procesamiento.

Todo se reciclará, incluido el cuerpo humano.
Se aprovecharán todos los recursos disponibles para hacer más sostenible el equilibrio, no se desperdiciará nada.
Se alimentarán con alimentos procesados al efecto con la cantidad necesaria en su composición de elementos que aseguren una dieta adecuada.
Grandes fábricas procesarán los materiales necesarios para hacer una comida nutritiva y suficiente, procurando que sean atractivos al paladar.

Las fuerzas armadas estarán compuestas en su mayoría por drones autónomos con arreglo a un programa específico para su labor, ya sean la acción coercitiva como de otro aspecto, evitando de ese modo extrañas interacciones morales del ser humano.

La fecundación y la contracepción ya no supondrá un problema, todo dependerá de las necesidades de la sociedad y se regirá por el crédito social que se tenga.
Las personas que el estado necesiten, serán seleccionadas y serán fecundadas con arreglo a los criterios del momento.

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