Comienzo un nuevo diálogo con mi amigo y ya casi mi mentor: Ávalon, quien me ha abierto una nueva perspectiva en la vida. Quiero poner parte de la conversación que sostuve con él al respecto del Apocalipsis que es un tema fascinante y muy complejo, de hecho uno de los más complejos a los que me he enfrentado.
Antonio.-
Querido Ávalon, He leído bastante la Revelación de Juan y he de confesar que estoy aturdido con tantos simbolismos, Estoy de acuerdo en que aún estamos en el tiempo de la gran Ramera, pero sospecho que la Bestia está controlando todo, o al menos metiendo el hocico en el guiso.
El sistema que tú identificas con la prostituta ¿Es la sociedad entera la prostituta?
Ávalon.-
En absoluto, la sociedad la componen muchas personas e instituciones que no son la prostituta, son los medios y las formas los que son de la prostituta, esto tenemos que tenerlo muy claro.
Antonio.-
Los que abominen de la prostituta ¿Cómo tienen que actuar para no ser miembro, o seguidor de ella, aunque sólo sea como colaborador necesario?
Ávalon.-
Está clarísimo, no practicando lo que abominas de la Bestia y de su hija la gran ramera. La coherencia tiene que ser una guía moral en nuestro comportamiento.
Antonio.-
Aquí en este punto es cuando me desasosiego totalmente, no creo que las personas puedan ser coherentes.
Ávalón.-
Si sigues el relato de la Revelación, te darás cuenta que todo tiene sus consecuencias, catastróficas para uno mismo y para el mundo, también para la gran ramera, que acaba muy mal, y es curioso, por mano de la propia Bestia y los reyes que colaboran con ella.
Hay una parte que me ha llamado mucho la atención ya al final: “La Nueva Tierra”.
En el estudio realizado por mí mismo del Apocalipsis de San Juan, (que se debe entender la palabra apocalipsis como revelación), al estudiar el capítulo 21 me doy de narices con una revelación inédita para mí hasta ahora, nadie me la mencionó nunca ni he leído nada parecido.
Naturalmente entro en un campo que no sé cómo lo aceptará la Iglesia católica ni quizás otras del ámbito cristiano, pero no puedo dejar de pensar en lo que he descubierto en mi lectura.
Antonio.-
¿Te refieres a la nueva Jerusalén que bajará del cielo?
Ávalon.-
La primera vez que encuentro escrita una descripción (que me es novedosa por no conocerla ni de referencias) de lo que algunos pueden llamar “Paraíso”.
Dice:
Ap 21.3“«Esta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios estará con ellos.” «Yo hago nuevas todas las cosas».
Luego pasa a describir la nueva Jerusalén y una vida placentera sin dolores ni enfermedades -aunque existen reyes que rinden pleitesía- y todos vivían felices.
Pero esto no cuadra con lo dicho en los evangelios cuando se dice: “serán como ángeles, no se casarán” Mateo 22.30
¿Qué quiere decir con que es la morada de Dios entre los hombres, no se transformaron? Y si es así ¿No estarán sujetos a la carnalidad en ese nuevo mundo?
Dice a continuación:
Ap 21.1 “ Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más”.
¿Está describiendo un nuevo mundo? Entiendo que en ese nuevo mundo no estará ya Satanás, es decir un mundo humano, pero sin el Diablo, puesto que fue echado al horno junto a la muerte y al propio abismo Ap 20.10.
He de confesar que aquí me pierdo...Describe un “nuevo cielo” y por consiguiente un nuevo mundo al que llama “La nueva Jerusalén” la morada de Dios entre los hombres y añadió:
Ap 21.4“Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó».
Y en el capítulo 21.8
“Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los asesinos, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los falsos, tendrán su herencia en el estanque de azufre ardiente, que es la segunda muerte».
Esto me confunde, yo pensaba que renaceríamos como cuerpo espiritual y no como cuerpo corruptible, que seríamos como ángeles y que acabaríamos en el cielo en la presencia de Dios, por lo que no sería posible que encajara el párrafo Ap 21.8 citado.
También es posible que en esa nueva Jerusalén subieran los “arrebatados” en el día de la venida de Jesús, Mt 24 40-41.
Lo que me abre un nuevo aspecto: La nueva Jerusalén será el mundo nuevo de una nueva generación humana, ya sin el “Tentador” que seduzca para el mal, pero para los que practican el mal por libre albedrío, su herencia será la segunda muerte directamente, ya sin la acción salvadora del sacrificio supremo que hizo Jesucristo.
Un mundo nuevo, una generación nueva y una vida nueva, como dijo:
Ap 21.3«Esta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios estará con ellos.” «Yo hago nuevas todas las cosas»
Los que pertenecemos al mundo anterior, por la acción salvadora de la fe en Jesucristo, y en su sacrificio supremo, seremos transformados en seres espirituales, que son los cuerpos que resucitarán e iremos con Dios directamente a su casa, que es nuestra promesa, Y parafraseando a Juan: Esta promesa es verdadera y digna de crédito.
Antonio.-
Difícilmente te estoy siguiendo, tendré que leer la transcripción más despacio, pero por lo que he entendido llevas razón en que está describiendo un mundo nuevo.
Ávalon.-
Claramente describe un nuevo mundo:
Ap 21.1 “ Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más.
El mismo Isaias reveló ese nuevo mundo donde todos vivirán más de cien años... :
Isaías 65.20-23 “Ya no habrá allí niños que vivan pocos días ni ancianos que no completen sus años, porque el más joven morirá a los cien años y al que no llegue a esa edad se lo tendrá por maldito.
21 Edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus frutos:
22 no edificarán para que habite otro ni plantarán para que coma un extraño, porque mi pueblo vivirá tanto como los árboles y mis elegidos disfrutarán de la obra de sus manos.
23 Ellos no se fatigarán en vano ni tendrán hijos para un fin desastroso, porque serán la estirpe de los bendecidos por el Señor, ellos y sus vástagos junto con ellos.
Aquí comencé a entender cuando dice: “Esta es la morada de Dios entre los hombres”, (Dios es muy grande, el mundo es el estrado de sus pies), pero su presencia estará en la nueva Jerusalén, ciudad en la que no podrán entrar nada impuro.
Ap 21.3“«Esta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios estará con ellos.” «Yo hago nuevas todas las cosas».
Ap 21.27 “ Nada impuro podrá entrar en ella, ni tampoco entrarán los que hayan practicado la abominación y el engaño. Únicamente podrán entrar los que estén inscritos en el Libro de la Vida del Cordero.
También asegura:
Ap 21.4“Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó».
Recordemos que la muerte y el mismo abismo fueron echados al horno destructor, junto con Satanás.
Para asegurar más adelante: Y en el capítulo 21.8
“Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los asesinos, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los falsos, tendrán su herencia en el estanque de azufre ardiente, que es la segunda muerte».
Como digo, también es posible que en esa nueva Jerusalén subieran los “arrebatados” en el día de la venida de Jesús, Mt 24 40-41 “De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado.
41 De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.
Pero esto es posible que no sea de este modo, pues esos “arrebatados” serían transformados, como lo serán los muertos resucitados. Luego ese nuevo mundo estará ocupado por humanos nuevos, sin memoria del mundo antiguo que fue y ya no es.
Esto me abre una nueva perspectiva:
La nueva Jerusalén será el mundo nuevo de una nueva generación humana, ya sin el “Tentador” que seduzca para el mal, pero para los que practican el mal por libre albedrío, su herencia será la segunda muerte directamente, ya sin la acción salvadora del sacrificio supremo que hizo Jesucristo.
Un mundo nuevo, una generación nueva y una vida nueva.
Ahora se entienden las palabras de Jesús en los Evangelios: Mt 24.34-35 “ Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.
Los que pertenecemos al mundo anterior, y morimos, y por la acción salvadora de la fe en Jesucristo, seremos transformados en seres espirituales, que son los cuerpos que resucitarán e iremos con Dios directamente a su casa, y esa es nuestra promesa. Y parafraseando a Juan: Esta promesa es verdadera y digna de crédito.
Antonio.-
¿Cómo será ese mundo nuevo?
Ávalon.-
Nos describe la Jerusalén bajada del cielo con todo lujo de detalle, ciudad Santa que habitará el mismo Dios con los 144000 elegidos, fuera estaría el mundo nuevo con sus gentes y sus actividades, que no todos podrían entrar en la ciudad, dado que solo podrían entrar los puros y libres de pecado, recordemos que nada impuro puede pasar. En Ap 22.2 nos dice que había árboles de vida que fructificaban doce veces al año, una vez por mes, y sus hojas servían para curar a los pueblos. Con lo que la cuestión sanitaria estaba resuelta.
Respecto a la seguridad, es importante conocer el significado que da Zacarías 14.8 y especialmente en el capítulo 14 completo que aquí citaré, al agua viva. Parece que esas aguas vivas son aguas que sanan y dan vida a todo. Aunque yo me gustaría que fuera en el sentido que creí entender en los Evangelios: Jn 6.35 “El que crea en mí no tendrá sed más”, claro que “esa agua viva” es para el mundo nuevo, y Cristo Jesús en Jn 6.35 lo dijo para nosotros, los de esta generación.
También es interesante el significado expresado por Ezequiel 47 completo.
Lo que no me queda claro en esa “nueva Tierra” es qué pasará cuando alcancen la edad estimada, sabemos que los perversos tendrán como herencia el lago de fuego, los no perversos, ¿Serán transformados en cuerpos espirituales, puesto que no les alcanzará la segunda muerte?
Respecto a su día a día sólo conocemos lo apuntado por Isaías 65.20-23
De cualquier manera es un mundo nuevo y una generación humana nueva que en nada nos afectará a los pertenecientes de la generación humana pasada y finalizada, que estaremos en la presencia de Dios como es la promesa.
Antonio.-
¿Quieres creer que en mi lectura precipitada, no me he dado cuenta de esto que me cuentas?
Cotejare lo que me has dicho y gracias a las referencias me va a ser más fácil encontrarlas.
Ávalon.-
Así es amigo mío, lo mismo me pasó a mí mismo y muchas son las preguntas que me surgen, ya nos da Juan una idea en su Revelación:
Capítulo 22
El río de agua viva y la ciudad sin noche 1 Después el Ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero,
2 en medio de la plaza de la Ciudad. A ambos lados del río, había árboles de vida que fructificaban doce veces al año, una vez por mes, y sus hojas servían para curar a los pueblos.
3 Ya no habrá allí ninguna maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la Ciudad, y sus servidores lo adorarán.
4 Ellos contemplarán su rostro y llevarán su Nombre en la frente.
5 Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y ellos reinarán por los siglos de los siglos.
Estarás de acuerdo conmigo querido Antonio, en que es una historia apasionante que relativiza los afanes diarios, que parecen nimios ante la grandeza de la promesa revelada.
Antonio.-
Otra vez vuelvo a darte las gracias por tu atención.
Ávalon.-
Hasta cuando quieras, si Dios lo permite.
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