La próxima pandemia

Estas dos fotografías ilustran muy bien lo que ha sido esta perturbación social que ha sido la pandemia.  El obligado confinamiento domiciliario - del que ya avisaron los psicólogos y psiquiatras- ha hecho que muchas personas que vivían dentro de la burbuja de ruido social -que no era vida- creyeran en una utopía, creyeron que vivían en “un mundo feliz” que resultó un espejismo nada más.

Las autoridades -que lo sabían muy bien- organizaron “espontáneas” salidas a los balcones para aplaudir y escuchar las músicas que les ponían algunos “voluntarios bien intencionados” -ahora sospecho que fueron organizados por alguien- para animar a la masa, -esa misma masa que ignoraba quién era el que hasta ahora se cruzaba en la escalera- sale al balcón a aplaudir y darse por primera vez cuenta de que al frente, y al lado existían personas como él mismo de carne y hueso, que tenían tanto miedo como ellos, se orientaron hacia un fervor popular de comunidad, con ese fervor del nuevo discípulo de la solidaridad ciudadana, -sólo espero que no decaiga ese fervor cómplice cuando vengan los tiempos malos, que vendrán seguro- aunque también en ese colectivo asomó la oreja del llamado “policía de balcón” que pedía la pena de muerte para el infractor.

Pero a pesar de todo, en su soledad sobrevenida, como dice la noticia, tomaron conciencia de su vida cobarde y sin sentido humano. Y como no hay peor juez que nuestra conciencia, la próxima pandemia no será vírica, será psicológica, de hecho ya ha empezado.

Las fotos son del www.elmundo.es  e internet

Y esa va ha ser una eliminación de los más débiles (mental y espiritualmente hablando), ya no va ha hacer falta tantos respiradores, van a hacer falta más centros de salud mental y fármacos.

Pero el humano se sobrepone a muchas cosas adversas, y esa es mi confianza, antiguamente se sacaban en procesión a Santos y se hacían rogativas, ahora eso es anacrónico por lo que entiendo, por eso las personas profesionales de la mente y el comportamiento se van a poner en valor.

Y dicho esto...lo escribo y a la papelera.